martes, 12 de abril de 2011

Poema, recordando a un viejo luchador por los DDHH, en Jujuy

GRACIAS JUAN

     A la memoria de Juan Mamani

 

                       El Cielo esta boca abajo

y los pies no dejan huella en el barro

de los sueños

 

                    La esperanza de miles

se levanta inspirada por esa fuerza

intangible

que la memoria impulsa y purifica

en el corazón de los

hombres

              

                    Sentimientos,

susurros insondables

pasiones secretas

silenciosas como pisadas de paloma

anuncian

                 el esplendor

el gran esplendor

del Cielo que relampaguea boca abajo

y los pies

que no dejan huella en el barro

 

                      Solo cánticos,

Danzas suaves y enlazadas

con lo mejor  y mas hondo

                            lo mas Sagrado

que nos contiene

caminando

a todos



--
Pedro Raúl Noro
-------------------------------
www.raulnoro.com.ar

lunes, 11 de abril de 2011

PINTI, UN CAPOCOMICO FUNCIONAL AL NEOLIBERALISMO

Vi a Enrique Pinti por primera vez, en su última puesta, y me decepcionó. La verdad es que tenía una imagen previa, transgresora y divertida del capocómico y pensaba (en mi propio y subjetivo imaginario) que con su mentada crítica, ácida y desprejuiciada, dentro del mundo del espectáculo Pinti efectuaba algún aporte interesante a la democracia y al futuro.

Pero me equivoqué: cuando asistí a la función, me encontré con un hombre de experiencia en el cartel, observador de defectos ajenos y dueño de recursos escénicos, pero que los desaprovecha con un relato de humor posmoderno, nihilista, escéptico, básicamente degradador del mundo-entorno y, en particular, degradador de la mujer.

Aparte de algunos chispazos puntuales de ingenio para consumo del chismorreo vulgar de la burguesía media de las grandes ciudades, su planteo me impresiono poco o nada, más bien me desagradó.

Como algo rescatable, debo mencionar su dura referencia hacia la crítica de la seguridad que se expande en los medios de Buenos Aires. Con el ejemplo de la grave situación de inseguridad que se vive, por ejemplo, en los EEUU, tanto en Los Angeles, como en el gran New York, el problema de la inseguridad en Buenos Aires se ubica en una dimensión mucho menor. También rescato su oposición al proceso militar y su sincera desilusión por haber creído en la Alianza de De la Rua en 1999.

Sin embargo y lamentablemente, para Pinti todo es una mierda. Vivimos en una suerte de mundo de mierda con algunos chispazos redentores que no alcanzan a modificar un contexto de mierda. Para colmo, en ese mundo de políticos mentirosos de mierda, la presidente forma parte del horizonte de las "conchudas",  las "histéricas" y otros adjetivos por el estilo, groseros y degradadores del género femenino, sin nada rescatable.

Dicho de otro modo, las mujeres están más preocupadas por sus "pelotudeces" que por el país y en la base, solo les interesa las carteras, los vestidos y los zapatos. Mientras tanto, la pobre argentina, vive olvidada en un rincón como una cartonera gorda y en harapos respecto de la cual nadie da un céntimo y nadie se ocupa.

Es que los chispazos ingeniosos de Pinti, sobrenadan en un mundo "asqueroso", nihilista, irrecuperable, donde la ilusión de argentina como país, solo puede ser salvada por un patrioterismo infantil, casi escolar, ni siquiera quijotesco todo lo cual, en el fondo, implica un escepticismo radical sobre las perspectivas reales de una nación con todas las letras.

Y de hecho, tal patrioterismo de barniz resulta funcional al neoliberalismo económico-social que termina siendo lo único valido como plataforma de la existencia concreta y cotidiana.

Es así que su facilismo en la interpretación en la realidad social y la superficialidad de su relato tragicómico se niega a profundizar los claroscuros, las contradicciones y la evidente grandeza y miseria del colectivo humano de nuestra república, donde la dialéctica de ángeles y demonios convive en una extraña y original naturaleza. Y esta "naturaleza", es mucho más interesante y honda que la visión de Pinti. No solo eso: las mujeres no son boludas, la acción política no es tan mala, corrupta, ni tan lamentable.

Además y como nunca, en la argentina actual la lucha entre modelos políticos históricos contrapuestos se manifiestan como un cambio positivo, que se siente a flor de piel en la renovación generacional que se expresa, vigorosamente, en distintos sectores de la sociedad argentina y, de la cual, Pinti ni se acuerda.

-- 

Pedro Raúl Noro
-------------------------------
www.raulnoro.com.ar

lunes, 28 de febrero de 2011

La novela de Milagro Sala y Charly García en el Conrad de Punta del Este.

*Por Pedro Rául Noro -Periodista y esposo de Milagro-

La serie de barbaridades, por no decir  boludeces (perdon por la groseria), que tejieron algunos medios en torno a la presencia de Milagro  en el Conrad  de Punta del Este, para escuchar un recital de Charly García, ha superado mi capacidad de asombro. Es que la discusión sobre ese tema no solo es banal, inútil, pacata e innecesaria, sino también ridícula, discriminatoria y demostrativa del pobre nivel de conciencia que adolecen algunos periodistas  (?) argentinos.

Pero la difusión pública de tal espisodio, con la evidente intención de perjudicar a mi pareja, vale una breve explicación.Veamos entonces los hechos objetivos: 

Quien esto escribe pertenece a una familia de clase media, de cierta prosapia provinciana y originalmente conservadora. Tiene además,  un primo hermano en Punta del Este, dueño de una casa de artesanías. Mi sobrino estuvo allí en los primeros días de enero y me contó que Sergio -el primo en cuestión, a quién hace mucho tiempo que no veía- preguntó por mi y al enterarse que estábamos por tomar unos días de descanso en el Uruguay (como lo hacemos todos los años en La Paloma, La Pedrera, Punta del Diablo o Maldonado), nos invitó a visitarlo con entusiasmo. Pero además, en Punta, estaba veraneando otro primo hermano de ambos, ex juez de familia de la nación, junto a su señora, camarista de un tribunal de alzada en Buenos Aires, con quienes mantengo una vieja y cordial relación.

Eso nos decidió, a Milagro y a mí, a rentar una casa en Maldonado –que tiene unas playas tranquilas y hermosas-, cosa que hicimos junto unos amigos, dividiendo los gastos, como cualquier grupo común y corriente. Por supuesto, además de recorrer y gozar varias playas (por ejemplo de La Paloma), visitamos a los mencionados parientes y recordamos historias añejas y nostálgicas. Allí nos enteramos, además, que Charly iba a estar en el Conrad de Punta y decidimos hacer el esfuerzo de concurrir a verlo. Nunca lo habíamos visto en vivo y en directo y era esa una oportunidad, quizás única, para escuchar a ese extraordinario músico popular.

 Lo de Charly, extraordinario. Fuimos contagiados con su magia; entonces comprendimos porque convoca seguidores incondicionales y sigue encantando a la gran mayoría de los que lo escuchan a pesar de sus problemas.

La novela de Milagro en Punta del Este (donde nunca estuvimos alojados) fue solo eso: playas tranquilas en Maldonado y otras localidades, añoranzas familiares amables, historias de vida y lo de Charly. Muy poco de política, y nada, nada de hipocresías ridículas y propias de famosos y celebridades banales, fútiles, que ni siquiera alcanzan una actitud seriamente posmodernista. Ah… una cosa más: escuchamos también a nuestra amiga Liliana Herrero, no en el Conrad sino en un local pequeño cerca de donde nos alojábamos. Interpretó cosas del Cuchi Leguizamon, imperdible.

Asi que nada. Esto fue la visita de Milagro y de quien esto escribe, al cálido y sugerente territorio uruguayo. Saludos a todos y gracias a los amigos de Tiempo Argentino por publicar estas también innecesarias líneas...